Lecciones que aprendemos de los reyes del Antiguo Testamento David, Salomón, Asa, Josafat, Joás, Amasías, Uzías, Ezequías, Josías y Jotam. Al estudiar la vida de estos reyes nos quedamos pasmados por la gravedad del pecado que algunos de ellos cometieron.
Sin embargo, también podemos ver la gracia soberana de Dios. Y en aquellos casos en los cuales cualquiera de nosotros hubiera declarado a ese rey como “desahuciado”, en medio de la lucha entre lo bueno y lo malo, podemos escuchar el veredicto divino: “Hizo lo bueno, lo justo y lo recto”.
Por lo general, cuando los seres humanos medimos el éxito o fracaso en la vida de otro ser humano, usamos distintos criterios como son, la capacidad económica o la popularidad. Cuando estudiamos la vida de los reyes del Antiguo Testamento nos damos cuenta de que si bien ellos llevaban puesta una corona de oro, eran tan propensos a caer como cualquiera de nosotros.
Entonces, no es casualidad que el Espíritu del Señor haya guiado a los escritores bíblicos para que escribieran sobre la vida de estas personas en las Escrituras: “Pues lo que fue escrito anteriormente fue escrito para nuestra enseñanza…” (Romanos 15:4).
En La lucha entre lo bueno y lo malo, el autor, con gran maestría e ingenio, recrea las escenas y a veces los diálogos con el fin de captar el significado de la historia de una manera más profunda y cercana a la realidad.
Imagina conversaciones y reacciones que probablemente ocurrieron. Con su destreza logra hacer estas historias más auténticas (como lo fueron) y de provecho para nosotros.