Edward M. Bounds es reconocido mundialmente entre los escritores cristianos como el gran especialista en la oración y no meramente como un gran teórico, sino en la práctica como uno de los más grandes hombres de oración de la historia. Para Bounds, la oración era algo tan palpable y tan indispensable como el respirar.
Del mandamiento orad sin cesar hizo una realidad práctica.
No es de extrañar, por tanto, que sus numerosos libros sobre el tema tuvieran tal éxito que se convirtieran muy pronto en best sellers, traducidos a diversos idiomas y conocidos, leídos y apreciados por todos los cristianos en todo el mundo.
Entre ellos destaca el que dedicó especialmente al predicador y la oración. En sus páginas, Bounds sostiene que si bien la oración es algo indispensable para todos los cristianos, para aquellos que laboran en el ministerio, pastoreando el Rebaño de Cristo, es un elemento vital. Pues ninguna predicación ni mensaje cristiano resulta eficaz ni tiene posibilidades de hacer mella en los corazones de sus oyentes si no va respaldado por una vida de oración intensa por parte del mensajero.